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BIM, obligatorio en obra pública


A partir del 17 de diciembre de 2018, se establece por ley la utilización de esta metodología de trabajo en los proyectos de edificación pública.

14 noviembre 2018


La utilización de BIM en los proyectos de edificación se ha ido consolidando en todo el mundo y, ahora además, contará con una normativa española que lo respalde. A partir del 17 de diciembre, la ley obligará a su utilización en todas las obras de financiación pública. Se trata del empujón definitivo a una herramienta de gran eficiencia, que ha revolucionado el sector a nivel tecnológico y ha logrado coordinar mejor el trabajo de todos los profesionales. Comunicación, colaboración y simulación son virtudes del sistema, por el que Keraben Grupo viene apostando desde hace tiempo.

BIM (Building Information Modelling) es un sistema colaborativo para la creación y gestión de construcciones, que permite visualizar todas las fases del proyecto en diversas dimensiones y a tiempo real. Esto quiere decir que los agentes implicados en la obra (proyectistas, constructores, arquitectos, ingenieros…) acceden a un modelo virtual idéntico al modelo construido, con toda la información integrada. Sobre él se pueden realizar simulaciones previas, cotejar datos medioambientales o consultar plazos de entrega, entre otras muchas aplicaciones. Desde Keraben editamos un e-book que explica con todo detalle en qué consiste y sus principales ventajas.

Anfapa, la Asociación de Fabricantes de Morteros y SATE estima que, al hacer uso de BIM, las mediciones del proyecto se ajustan en un 37% y los costes se reducen un 20%. Algunas de sus virtudes son la optimización de tiempos, al generar de forma automática toda la documentación; así como la reducción del impacto energético, puesto que detalla el efecto medioambiental de cada uno de los materiales de la obra.

Otra cuestión interesante es la vocación internacional que se atribuye al sistema. BIM es imprescindible para acceder a contratos y licitaciones en muchos países, donde la Administración  Pública  cuenta  con  normativa  específica y obliga a utilizarlo en las obras. Así sucede en Australia y Estados Unidos, pero también en países europeos como Reino Unido, Suecia,  Noruega,  Finlandia,  Holanda o  Dinamarca. De hecho, la Unión Europea redactó la Directiva 2014/24/UE, que insta a los 28 países miembro a emplear BIM en proyectos que se financien de manera pública.

Desde entonces, el grado de implantación está siendo creciente, y se confía en que vaya a más tras instaurarse la obligatoriedad en la obra pública a partir de este año. Mientras que en países como Reino Unido u Holanda BIM está totalmente consolidado, en otros se trata de una herramienta pujante que promete conferir mayor eficiencia a los proyectos de edificación.